Una cerveza por favor, ensalada de patatas, gracias, bueno eso es todo, hemos cubierto las pocas palabras que sé... Así que si eres alemán puedes calentar a tu traductor, si eres francés, ¡está bien!
A través de este pequeño diario intentaré informar diariamente sobre la evolución de mi pesca a lo largo del año. Anécdotas, estrategias, historias, siempre con el hilo conductor, esa búsqueda constante ligada a este título: en busca de magia, lugares salvajes, carpas olvidadas, donde cada o casi cada toque es una sorpresa...
Pasaremos esta época del virus, aquí sólo los positivos, carpas, peleas en la niebla de la mañana, noches en barcos y anzuelos a la vista!
Un pequeño repaso de una hermosa serie de noches en la presa, la primera la pasaremos solos, luego Alex me acompañará a descubrir esta hermosa inmensidad de la que nada sabemos. No hay ningún pescador a la vista, las carpas lucen saltando y cavando, y una hermosa luna en la primera noche, es difícil de superar.
Las barras alcanzan diferentes profundidades donde el paso parece bastante evidente en esta época del año. Dudo más en colocar la tercera línea. Una serie de burbujas en una zona correspondiente a la cama finalmente me convencerán. No necesariamente es el área más atractiva para la temporada, pero la lógica no siempre es fácil de seguir en nuestra práctica... Sentado en la cama la magia está ahí, un toque aporta un poco de acción a ese momento de contemplación. Pesa, es la tercera caña, el pez va tanteando su camino. El foco no sirve, es de noche, pero se ve la parte principal de la instalación. Incluso se oyen algunos pájaros cantando, la escena es preciosa y se capta el primer buen espejo del año.
La pesca sigue su curso, la rutina del pescador de presa: cambio de posición, precebado, disposición en pendiente de la tumbona, un resumen de elementos en los que nos adaptamos a la naturaleza y al contexto para pescar carpas.
Un gran profesional me visitará sobre este tema.
Después de estos días de soledad, por fin volvemos a ver a Alex. Instalaremos una pequeña cadena de luces en los árboles que nos seguirán hasta los otros postes, esto agregará un toque festivo y pasaremos las noches riendo bajo estas linternas.
Intentamos cebar previamente al pez en un área grande para interceptarlo, pero fue un error. La pesca puntual, que hasta ahora ha dado sus frutos, resultará ser la técnica rentable al final de la sesión.
Un pequeño momento de vacío nos hace dudar, y por la noche EL toque que reconforta nuestros pensamientos confirma ciertas decisiones. Cojo un espejo grande, está impecable, el pescado está sano, ¡qué alegría!
Ahora le toca a Alex poner el pez en la cadena, está haciendo una gran serie que contará con más detalle al final en algún capítulo o en este blog.
Se acerca el final de la pesca, vaya sesión, tantos recuerdos... Preparamos un buen fuego de leña para asar unas pechugas de pato, verduras y un camembert finamente preparado (¡gracias por el tomillo Gilles!). Una botella de vino tinto acompaña la celebración, es la buena vida.
Regresamos a nuestros respectivos sacos de dormir, mañana salgo del lago, termina la sesión. Esta última noche es una ventaja, es por el ambiente. Sin embargo, los postes se montan con sumo cuidado. Como una despedida, o más bien un “hasta pronto”, un gran bicolor decide despertarme con las primeras luces del día. Está ahí, al final de la red, cruza una hermosa marca...
A la vuelta siempre la misma pregunta, el mismo objetivo: ¿Cuál será el próximo objetivo, cómo atraparé la próxima carpa? Una cosa es segura: este lugar debe poder transmitir algo de magia a su entorno y/o a sus habitantes.
La secuela sigue...
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